Seleccionar página

Siete años de Alimenta la Solidaridad

En 2016, un grupo de venezolanos preocupados por la situación de la inseguridad alimentaria, decidimos contribuir en un proyecto para contribuir a paliarla en los niños que viven en la parte alta de La Vega. La idea era sencilla y en principio limitada a un período de tiempo, así que nos pusimos a trabajar con el apoyo de Fe y Alegría, el colegio Andy Aparicio, los vecinos de la comunidad y el padre Alfredo Infante, para extender, durante las vacaciones escolares, el programa de Alimentación Escolar en el colegio. Hoy recordamos que hace siete años abrimos el primer comedor de Alimenta la Solidaridad para 60 chamos de La Vega y ahora estamos en 13 estados del país con 240 comedores comunitarios.

Alimenta la Solidaridad es una idea que en medio de la crisis humanitaria que atraviesa Venezuela, adquirió un camino propio que fue dictado por las propias comunidades y sus liderazgos. Detrás de cada plato de comida que se sirve a un niño, existe un esfuerzo de organización comunitaria de muchas horas de trabajo para garantizar que el alimento llegue a los comedores, para lograr el apoyo voluntario de las madres cocineras, adecuar los comedores en las casas de familias, lograr donaciones para las instalaciones, dirigir el esfuerzo para llegar a quienes más lo necesitan y, desde ese espacio, contribuir en el esfuerzo de organización y empoderamiento de las propias comunidades.

20 millones de nutritivos y sabrosos platos de comida servidos en estos 7 años, es una cifra que apenas logra mostrar el alcance que ha tenido Alimenta la Solidaridad. Gracias al apoyo de los liderazgos naturales y al esfuerzo de organización que permite el funcionamiento de los comedores, nacen y crecen otros proyectos como los programas de formación para padres, sistemas de apoyo y reforzamiento educativo, iniciativas para el reforzamiento en lectoescritura, sistemas de acompañamiento al emprendimiento y espacios de educación para los liderazgos comunitarios de las mujeres. Alimenta no llega a las comunidades, se construye y se consolida en las propias dinámicas de los vecinos que se organizan y  trabajan por un futuro que les pertenezca, es un proyecto que coincide con las ganas de cambio democrático que hay en el país.

Cuando comenzamos a dar forma a esta idea, hace siete años en La Vega, nos hubiera gustado que con el paso del tiempo los comedores no se hubieran convertido en un recurso tan importante para muchas familias venezolanas, hubiésemos preferido hacernos innecesarios, pero la crisis humanitaria sigue instalada en nuestro país. Como bien lo señala la líder comunitaria y responsable del comedor de El Carmen en La Vega, Amelia Flores, hemos visto mayor necesidad, más niños que piden el apoyo de Alimenta la Solidaridad. Una noticia que nos obliga a renovar el compromiso con las comunidades, trabajar aún más para levantar los recursos con donantes e insistir en la organización comunitaria que crece y se fortalece en torno a estos espacios.

En 2016, un grupo de venezolanos preocupados por la situación de la inseguridad alimentaria, decidimos contribuir en un proyecto para contribuir a paliarla en los niños que viven en la parte alta de La Vega. La idea era sencilla y en principio limitada a un período de tiempo, así que nos pusimos a trabajar con el apoyo de Fe y Alegría, el colegio Andy Aparicio, los vecinos de la comunidad y el padre Alfredo Infante, para extender, durante las vacaciones escolares, el programa de Alimentación Escolar en el colegio. Hoy recordamos que hace siete años abrimos el primer comedor de Alimenta la Solidaridad para 60 chamos de La Vega y ahora estamos en 13 estados del país con 240 comedores comunitarios.

Alimenta la Solidaridad es una idea que en medio de la crisis humanitaria que atraviesa Venezuela, adquirió un camino propio que fue dictado por las propias comunidades y sus liderazgos. Detrás de cada plato de comida que se sirve a un niño, existe un esfuerzo de organización comunitaria de muchas horas de trabajo para garantizar que el alimento llegue a los comedores, para lograr el apoyo voluntario de las madres cocineras, adecuar los comedores en las casas de familias, lograr donaciones para las instalaciones, dirigir el esfuerzo para llegar a quienes más lo necesitan y, desde ese espacio, contribuir en el esfuerzo de organización y empoderamiento de las propias comunidades.

20 millones de nutritivos y sabrosos platos de comida servidos en estos 7 años, es una cifra que apenas logra mostrar el alcance que ha tenido Alimenta la Solidaridad. Gracias al apoyo de los liderazgos naturales y al esfuerzo de organización que permite el funcionamiento de los comedores, nacen y crecen otros proyectos como los programas de formación para padres, sistemas de apoyo y reforzamiento educativo, iniciativas para el reforzamiento en lectoescritura, sistemas de acompañamiento al emprendimiento y espacios de educación para los liderazgos comunitarios de las mujeres. Alimenta no llega a las comunidades, se construye y se consolida en las propias dinámicas de los vecinos que se organizan y  trabajan por un futuro que les pertenezca, es un proyecto que coincide con las ganas de cambio democrático que hay en el país.

Cuando comenzamos a dar forma a esta idea, hace siete años en La Vega, nos hubiera gustado que con el paso del tiempo los comedores no se hubieran convertido en un recurso tan importante para muchas familias venezolanas, hubiésemos preferido hacernos innecesarios, pero la crisis humanitaria sigue instalada en nuestro país. Como bien lo señala la líder comunitaria y responsable del comedor de El Carmen en La Vega, Amelia Flores, hemos visto mayor necesidad, más niños que piden el apoyo de Alimenta la Solidaridad. Una noticia que nos obliga a renovar el compromiso con las comunidades, trabajar aún más para levantar los recursos con donantes e insistir en la organización comunitaria que crece y se fortalece en torno a estos espacios.

Anuncios

Alimenta la Solidaridad es hoy una idea necesaria, vigente, un proyecto que trabaja en el aquí y el ahora para atender una emergencia humanitaria al mismo tiempo que fortalece los liderazgos naturales, es un aporte concreto a nuestra realidad y una apuesta a futuro por la organización popular y el trabajo en red de todos los que estamos comprometidos con el cambio en el país.

Si deseas apoyar esta iniciativa, te invitamos a conocer esta experiencia y apadrinar uno de los comedores de Alimenta.

www.alimentalasolidaridad.org