En Venezuela se producen diariamente decenas de protestas que van desde comunidades que exigen la restitución de servicios básicos de agua, electricidad o gas, hasta gremios como los transportistas, las enfermeras o los maestros que exigen la mejora inmediata de sus condiciones de trabajo.
También se da otra clase de movilización y es la de grupos que se organizan para abordar problemas específicos, en redes solidarias que trabajan en áreas como el acceso a alimentos o medicinas, por ejemplo, en el marco de la crisis humanitaria compleja que golpea al país.
Todas estas iniciativas de movilización son la expresión de la apremiante necesidad y disposición de cambio de la sociedad ante la crisis. Una emergencia provocada por el actual grupo dominante para mantenerse en el poder, desconociendo los problemas más graves y culpabilizando al resto de los actores sociales. También, secuestrando al Estado para convertirlo en un factor de opresión, hostigamiento y fragmentación, provocando la orfandad institucional de los ciudadanos.
En este sentido, la sociedad civil venezolana en sus diferentes formas, ha venido reconociendo la necesidad de encontrarse, construyendo plataformas en conjunto. Un encuentro difícil luego de años de polarización y desconfianza, pero que encuentra un espacio unificador alrededor de los problemas y emergencias -económicas, políticas y sociales- que nos afectan a todos.
En nuestra construcción de una nueva convivencia en el Movimiento Caracas Mi Convive, desde un principio hemos tenido como línea fundamental de trabajo la organización y la vinculación activa de las personas para materializar soluciones ante los problemas de la violencia y la crisis alimentaria.
Uno de los factores principales para el logro de esta vinculación efectiva es el reconocimiento del otro y el asumir su causa como la nuestra. Sin menoscabo de nuestra individualidad debemos reconocer en el otro nuestras propias necesidades y establecer un vínculo en conjunto para lograr una transformación.
En nuestros comedores lo vemos en las madres que se reúnen y, a pesar de sus diferencias y puntos de vista diversos, se alinean unas con otras en la gestión efectiva de los almuerzos. De igual forma, en nuestras redes confluyen personas de distintas comunidades, diversas ideologías o preferencias políticas, que participan de manera abierta y entregada, en el logro del beneficio particular y colectivo.
No hay que ser enfermera para protestar con las enfermeras ni maestra para acompañar a los docentes. Pero en el reconocimiento de su situación, y de cómo ésta nos afecta en conjunto como sociedad, debe producirse la conciencia de que sus luchas y reivindicaciones son también las nuestras. De que la protesta de un grupo es la de todo nuestro país.
Movilizarnos en red implica estar conscientes de esta realidad: ya sea asistiendo a manifestaciones, visibilizando una situación en nuestro entorno inmediato y cercano, ayudando a informar en medio de la censura y la falacia oficial u organizándose para realizar acciones que sumen la mayor cantidad de voluntades.
Esto no solo es vital en la actual coyuntura de lucha por la salida a la emergencia y la restitución democrática. Es también la base que, como sociedad, debemos construir en conjunto para una nueva Venezuela. Una solidaria, productiva y de inclusión real.