Líderes de las comunidades, líderes en la emergencia
¿Cómo enfrentan las comunidades la emergencia y la crisis superpuestas del modelo dictatorial y la pandemia del COVID-19 en Venezuela?
En El Cementerio, por ejemplo, ante el grave problema de la falta de agua, líderes de un sector en el que el servicio todavía funciona se ponen de acuerdo con líderes de sectores colindantes desabastecidos. Establecen conexiones con mangueras para así poder compartir el agua entre las personas. Esta acción genera un alivio de enorme importancia que surge a partir de la aplicación de valores convivenciales. Se contrapone a la represión, opacidad y oportunismo instrumentalizados desde el Estado.
En San Antonio de El Valle, Tibisay maneja redes de información con aliados en otras organizaciones vecinales y grupos de acción social, lo que le permite monitorear la situación de contagios de COVID en su comunidad. Hace un gran trabajo de concientización difundiendo medidas de protección y cuidado, detectando a las personas más vulnerables y articulando ayudas de medicinas, alimentos, transporte y voluntariado.
Estos casos ejemplifican la importancia que el liderazgo comunitario ha venido alcanzado en el contexto de deriva autoritaria y pérdida de espacios democráticos que han signado la crisis nacional. Representan una opción alternativa que ve el liderazgo y la acción social y política no como un ejercicio de acumulación de poder, sino que asumen la responsabilidad individual y colectiva en la búsqueda mancomunada de soluciones e iniciativas que redunden directamente en el bienestar general.
En el movimiento Caracas Mi Convive, hemos trabajado para la generación de una plataforma que reconozca, potencie y ayude a generar este liderazgo, con la visión de que significa una nueva forma de acción social y política. Un liderazgo que se expresa de diversas maneras: organizaciones civiles que hacen vida en la comunidad desde hace años, jóvenes vinculados a iniciativas en contra de la violencia o en la promoción del deporte, madres que en medio de las dificultades convierten a sus hogares en guarderías o comedores, maestros que trabajan en escuelas que constituyen puntos de encuentro en el barrio, representantes de organizaciones religiosas con vínculos estrechos con la comunidad, activistas sociales que recuperan espacios, organizan protestas, coordinan movilizaciones.
Este liderazgo diverso nos ha permitido desarrollar iniciativas como Alimenta la Solidaridad, Monitor de Víctimas y la Red Solidaria. A nivel nacional nos ha permitido construir un tejido de casi 600 líderes presentes en distintos estados del país, con un compromiso de voluntariado, organización y autogestión.
Como dice Marbelis, una de nuestras madres líderes en Alimenta La Solidaridad: «En el trabajo con el comedor nos hemos dado cuenta de que no podemos depender solo de la organización (Caracas Mi Convive) y que es algo que nos corresponde asumir a nosotras…He aprendido que no solo se trata del plato de comida que llevas, es que creces como persona». El reconocimiento del valor del otro y de sí mismos, es también fundamental. Así lo afirma Amelia, otra de nuestras madres: «Aprendí a tener firmeza y confianza en mí, y que lo que yo piense, es lo que tengo que sacar adelante».
En el contexto de orfandad institucional, represión e imposición de sistemas de control que estamos padeciendo, el liderazgo de las comunidades expresa la respuesta convivencial de las personas, en sintonía con los aspectos más luminosos de nuestro gentilicio y humanidad. Su papel en los procesos para lograr un cambio hacia la democracia y la construcción de un nuevo país son fundamentales.