Desde nuestra fundación, el Movimiento Caracas Mi Convive ha trabajado en las comunidades del Municipio Libertador impulsando los valores convivenciales, enfocados principalmente en el establecimiento de esfuerzos efectivos en contra de la violencia.
Este es uno de los problemas principales en nuestra sociedad, no solo por los altos índices que alcanza y su efecto devastador sobre los venezolanos, sino también por los limitados enfoques que se han llevado a cabo desde el Estado para tratarlo y la estigmatización de las personas y comunidades afectados por ella.
En nuestro contexto han sido crónicos los planes gubernamentales represivos, que no abordan las causas sociales del problema, se producen en medio de la desconfianza y el temor de las comunidades en los que son implementados y, en muchos casos, como las OLP, son violatorios de los derechos humanos.
También, la discusión y tratamiento de la violencia en medios públicos está cargada de ideas preconcebidas, concepciones equivocadas y simplificaciones que impiden encararla comprensiva y profundamente.
Estas deficiencias crónicas se han agudizado en los últimos años del actual régimen de manera desproporcionada. El Estado se ha convertido en uno de los principales factores de la violencia en el país y la situación de las víctimas se ha complejizado a todo nivel. Son ignoradas y enmudecidas, sus familiares no reciben los apoyos necesarios para superar la tragedia y en muchos casos son las primeras criminalizadas y culpabilizadas al respecto.
En este sentido, en Caracas Mi Convive hemos desarrollado las iniciativas Red de Atención a la Víctima y Monitor de Víctimas para poner el foco y ayudar a los afectados por la violencia. La Red da apoyo psicológico a éstos, mientras que Monitor es una plataforma informativa, realizada en conjunto con líderes comunitarios y Runrunes, que visibiliza testimonios y datos desde el respeto y la objetividad, generando un banco de información abierto al público.
Estos esfuerzos se dan bajo nuestra visión de articulación de diversos sectores y el desarrollo de formas de empoderamiento que puedan ayudar a individuos y comunidades afectados a convertirse en protagonistas activos de la recuperación y la transformación.
De este trabajo se desprende ahora dos publicaciones: “Cuando suben los de negro” y “Bajo tierra”, los cuales son producto del trabajo de todo nuestro equipo y en particular de Guillermo Sardi, Santiago García, Camila Oropeza, Frima Udelman e Ignacio Azpúrua.
Recogen testimonios, visibilizan historias y presentan análisis y datos que aportan un marco referencial de la problemática de la violencia que estamos viviendo. Los libros fueron presentados el jueves 13 de diciembre en la librería Lugar Común de las Mercedes, en un acto en el que confluyeron autores, especialistas y personas involucradas en el proyecto que prestaron sus historias.
La información cuantitativa suministrada en “Bajo tierra” se complementa con los testimonios y relatos personales contenidos en “Cuando suben los de negro”, que, como bien señala en su prólogo el profesor Alexander Campos, expresan “el trauma psíquico que produce la ejecución de un familiar, la memoria como mecanismo de sanación, el ciclo de venganza que se activa cuando la ejecución se convierte en política de Estado y la culpa como dispositivo psíquico que no le permite al individuo reconocer sus propias posibilidades.”
Nuestra invitación a la lectura de estos documentos es a la de abrirnos a la realidad y reconocer experiencias que puedan ayudarnos a entender la complejidad del problema. Empatizar con el otro, en la búsqueda de formas participativas de vinculación que nos permitan afrontar la violencia desde lo convivencial. Los libros pueden conseguirse en las Librerías Lugar Común y las investigaciones que los componen están disponibles en la página www.miconvive.com.
Para nosotros es fundamental llevar la conversación en torno a la violencia fuera de las esferas de la negación, el oportunismo y la superficialidad. Dar a escuchar las voces de quienes son alcanzados por ella como paso fundamental para iniciar procesos de reconocimiento en la sociedad que puedan detenerla y revertirla.