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La esperanza real de la convivencia y la solidaridad

Esta semana se ha publicado la actualización del informe de la Alta Comisionada para los Derechos Humano de la ONU, Michelle Bachelet. En él se señala el empeoramiento de las violaciones masivas que en esta materia se producen desde el Estado venezolano. Se enfatiza la persecución política ejemplificada en casos como los de Juan Requesens o Roberto Marrero, así como el agravamiento de las crisis de salud, alimentación, servicios y economía, y libertad de expresión, expresadas en hechos tan terribles como la muerte de los niños en el J. M. de los Ríos, los altos indicies de empobrecimiento y desnutrición en amplios sectores de la población, el cierre de Venepres.

 

El informe se publica en medio de una estrategia de “normalización” de la crisis generada desde el régimen dictatorial, que busca manipular la opinión pública y desconocer el estado de colapso y caos en el que está sumido nuestro país. Una situación que afecta profundamente las condiciones de vida de los venezolanos y apunta a agravarse ante la intención de permanencia en el poder por la fuerza del régimen antidemocrático.

 

Para nadie es un secreto que las perspectivas para el 2020 son de gran dificultad y padecimiento para Venezuela, en las que la crisis sistemática que vivimos se intensificará en todos los niveles. Ante esta realidad, desde el Movimiento Caracas Mi Convive, reiteramos nuestro compromiso de continuar nuestro trabajo en la construcción de una nueva convivencia, a través de acciones y emprendimientos que, articulados con las comunidades y diversos actores sociales, tengan un impacto transformador en la realidad.

 

Nuestros objetivos no son únicamente los de mantener nuestros proyectos de Alimenta la Solidaridad, Monitor de Víctimas y nuestras redes de apoyo sino de ampliar nuestro radio de acción y sumar a más personas, voluntariado y aliados desde los valores convivenciales de la solidaridad, el reconocimiento y la inclusión. Actualmente, iniciativas como Alimenta llegan a más de 13000 niños y sus familias en 15 estados del país. Un gran esfuerzo que es posible gracias a todos los involucrados en los comedores, así como el apoyo de los venezolanos dentro y fuera del país.

 

Ante la “normalización” que busca silenciar la tragedia que el régimen causa diariamente sobre todos los venezolanos, nosotros respondemos con el compromiso inquebrantable de continuar desarrollando nuevas formas de emprendimiento en las que las que las personas adquieran herramientas de empoderamiento y superación. De igual forma seguiremos denunciando y visibilizando los graves problemas que afectan a nuestras comunidades, así como apoyando a las víctimas de la violencia criminal y estatal en su búsqueda por rehacer sus vidas y llevar la justicia a sus casos.

 

Estamos claros en que la situación será dura, debido a la emergencia que el régimen genera y aprovecha para mantenerse en el poder, pero nos impulsa nuestra fe en las personas y los logros alcanzados por la fuerza de la gente con las que tenemos el honor de compartir y trabajar.  Hoy más que nunca estamos seguros de que la solidaridad y la convivencia son el camino hacia una nueva Venezuela, democrática, productiva y solidaria. Estos valores son nuestra guía e instrumentos para enfrentar la crisis, superar al régimen que busca oprimirnos y hacer realidad esa esperanza de país, compartida y plural.