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La esperanza de la solidaridad

 

Nos encontramos en un grave momento de colapso y caos producido desde el régimen, por la implantación forzada y destructiva de su modelo dictatorial, que ha tenido consecuencias devastadoras en nuestras vidas. En lo inmediato, las “medidas” anunciadas en agosto han acelerado la terrible hiperinflación que hemos estado padeciendo en este año, impactando en la ya depauperada capacidad económica de la población.

Superar esta terrible realidad solo es posible a través de un gran proceso de articulación nacional de todos los sectores del país, para generar respuestas conjuntas que permitan afrontar la crisis y posibiliten condiciones de cambio en lo social, político y económico.

Es una tarea compleja y difícil, a la que se le oponen, por una parte, las acciones del régimen, con su ataque permanente sobre la inmensa mayoría que lo rechaza, y por otra, el profundo estado de fragmentación que padece Venezuela.

Pero esta articulación de la que hablamos ya comienza a manifestarse desde las acciones de distintos grupos que hacen vida en el país. Un ejemplo de esto pudimos vivirlo en el Encuentro de Red Solidaria que realizamos en Caracas el pasado sábado 15 de septiembre.

Allí, más de 2.000 personas celebramos los logros en pro de la convivencia, en la lucha frente a la crisis, y por la articulación de diversos sectores sociales. Nos reunimos líderes locales y comunidades, enmarcados en el trabajo del movimiento Caracas mi Convive y Alimenta la Solidaridad, de todas las parroquias del Municipio Libertador y de Petare, representantes de Lara, Táchira y Aragua, así como aliados y amigos.

Estos logros se visibilizaron en testimonios de líderes comunitarios como Gabriela Vega – La Negra-, una de las cientos de madres de Alimenta, que participa en la organización y funcionamiento del comedor de nuestra organización en San Miguel de La Vega. En Winston Morales de La Hoyada -también en La Vega-, vinculado a proyectos junto a sus vecinos promoviendo la participación conjunta por encima de diferencias ideológicas o partidistas. En Jonderwin Zambrano, líder deportivo de Propatria, que ha convertido en su proyecto de vida el liderazgo por el bien y el desarrollo común en su comunidad.

Experiencias que tuvieron eco en las palabras de aliados y amigos como Ana Rosario Contreras, líder del movimiento de las enfermeras, Rafaela Requesens, Marino Alvarado de Provea, el Padre Alfredo Infante de Fe y Alegría, Diana Vegas de CESAP, Andrés Chola, concejal de Petare, el embajador de Francia Romain Nadal, Claudia Valladares de Impact Hub, entre otros.

Testimonios de superación y esfuerzo de personas que se han convertido en agentes de cambio, no sólo en sus vidas, sino también en la vida de quienes les rodean. Testimonios que manifiestan la labor de protesta, organización y apoyo que llevan a cabo distintos grupos, expresando la enorme sintonía que se está produciendo en los diversos sectores sociales para sumar esfuerzos y construir, entre todos, un proyecto compartido de renovación del país, inclusivo, democrático y de progreso.

Todos ellos mostraron el ejercicio y el compromiso con valores fundamentales de la convivencia que se está produciendo en Venezuela. Valores de encuentro, apoyo, reconocimiento, participación, organización y solidaridad que se instrumentalizan como herramientas reales de cambio y transformación.

Estos valores marcarán la diferencia para enfrentar estos tiempos adversos y difíciles producto de la deriva dictatorial del actual gobierno, que ahora se hace más palpable en las crisis de servicios, alimentos, medicinas, transporte y educativa. Esta última recrudecida por el efecto devastador de las “medidas” de agosto, que impactan a todo nivel, dificultando, y en muchos casos imposibilitando, las actividades de colegios públicos y privados, y el acceso a clases de amplios sectores de la población.

Nuestro llamado es a mantener, reforzar, apoyar y reproducir iniciativas de articulación entre todos los ámbitos del país, para generar acciones sociales y políticas de transformación. El sábado 15 de septiembre afirmamos, en los rostros y voces reunidos, que la solidaridad es una poderosa fuerza de cambio. Reconocimos la esperanza real, de resistencia y superación, que ella encarna.