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El valor de nuestros logros

 

No hay duda de que la lucha por el cambio que los venezolanos hemos emprendido es el mayor reto al que nos enfrentamos. La destrucción, el caos y el colapso al que llevado el país el régimen de Nicolas Maduro nos afecta terriblemente a todo nivel. Materializar el cese de la usurpación para iniciar un proceso transicional es un enorme esfuerzo en medio de las inéditas adversidades que estamos sufriendo.

 

La frustración y desesperación están presentes en este duro proceso. Son explotadas por el régimen, que a través de acciones criminales y discursos fraudulentos busca profundizar la fragmentación social y la confrontación entre nosotros, así como desmerecer los alcances que hemos logrado con gran sacrificio y trabajo, mientras deteriora nuestras condiciones de vida.

 

Por ello, es fundamental que todos, desde nuestros espacios particulares, hagamos un ejercicio diario y constante de reconocimiento de nuestros esfuerzos y de los resultados que sin duda hemos venido obteniendo. No solo los obtenidos en estos momentos sino también en momentos anteriores, porque estos han construido el camino que venimos recorriendo por el retorno a la democracia y la construcción de una nueva Venezuela.

 

En días recientes la lucha de los venezolanos ha producido inmensas movilizaciones y protestas que han visibilizado al mundo la realidad dictatorial y catastrófica del régimen. Igualmente, estamos viviendo un gran proceso de articulación nacional, en el que nos hemos venido organizando comunidades, gremios y grupos sociales, económicos y políticos, sumando esfuerzos y vinculándonos entre sí.

 

Así mismo, un hecho tan importante como el logro de la entrada de ayuda humanitaria al país, ha sido el resultado de la lucha mancomunada de los venezolanos. Esto ha hecho reconocer la responsabilidad del régimen en la criminal situación de muerte, violencia y desastre en la que ha sumido a la nación y sus ciudadanos. Con igual importancia, ha significado un primer avance para enfrentar la brutal emergencia que padecemos ante la inacción de un Estado secuestrado por el grupo en el poder.

 

Nuestro presidente encargado, Juan Guaidó, acudió a Petare en días pasados, acompañando la entrega de insumos de ayuda humanitaria para la potabilización del agua. La entrega se hizo en uno de los comedores de Alimenta la Solidaridad. El gesto fue de enorme importancia, al reconocer el esfuerzo y los logros de la comunidad organizada y líderes locales, así como el ímpetu de cambio popular expresado por los vecinos y habitantes de Petare. Un reconocimiento, también, de las durísimas condiciones en las que viven los petareños, que como millones de venezolanos enfrentan las adversidades y problemas diarios, no desde la violencia y el oportunismo del régimen, sino desde los valores convivenciales de solidaridad, resiliencia y convivencia, expresando los aspectos más luminosos del verdadero espíritu de nuestro país.

 

Reconocer la importancia de lo que hemos alcanzado no es un ejercicio de vanidad o falso optimismo. Nos muestra las dificultades que hemos superado y nos da fuerzas para enfrentar los nuevos retos que surgen día a día. También nos llama la atención sobre los aspectos que hemos desarrollado como individuos y sociedad. Aspectos que debemos mantener y seguir alimentando para lograr la salida del régimen, enfrentar la emergencia, y que serán prioritarios en la construcción de un nuevo país.

 

Esta nueva Venezuela no surgirá de manera espontánea, nadie vendrá a regalárnosla, no será un premio final. Será el producto de nuestro esfuerzo, de nuestras exigencias compartidas, de los valores de la democracia, el trabajo, el respeto, la unión, que hoy la inmensa mayoría encarna y busca convertir en realidad. No será fácil ni inmediato, pero a la vista de lo que hemos logrado, es posible. Tenemos la fé inquebrantable de que vamos a hacerlo realidad.