En esta semana se cumplirán dos años de la puesta en marcha de nuestro programa Alimenta la Solidaridad. Surgido desde nuestro trabajo en el Municipio Libertador, el programa comenzó como reacción a la terrible crisis alimentaria que azota al país buscando una vía vinculante, de valores convivenciales y empoderamiento, para brindar un alivio real a esta tragedia. Una vía opuesta al sometimiento, dependencia y exclusión del actual modelo dictatorial.
Son dos años que significan mas de un millar de niños que acceden a un almuerzo diario con altos estándares nutricionales en 15 comedores en el Municipio Libertador llevados por madres y líderes de las comunidades en las que funciona. La experiencia está inspirando a otras ciudades a actuar desde los mismos principios y se ha reproducido a nivel nacional en Anzoátegui, Aragua, Carabobo, Distrito Capital, Lara, Mérida, Miranda, Portuguesa y Aragua alcanzando 40 comedores en los que se alimentan 4000 niños.
Dos años en los que 5000 venezolanos, dentro y fuera del país, han contribuido con donaciones al programa y se ha articulado una red de diversos grupos sociales, representantes de gremios y benefactores que han contribuido a su funcionamiento. Se han conformado medios de sostenibilidad al proyecto como el Hallacazo en navidades, así como talleres de capacitación y aprendizaje y la puesta en marcha de Sustento, una empresa social integrada por madres de Alimenta, que sirve más de 400 almuerzos diarios en Caracas, y cuyas ganancias generan una fuente de ingreso a sus integrantes y a los comedores de Alimenta.
Estos logros no se circunscriben únicamente al proyecto, sino que hablan de un esfuerzo y compromiso de venezolanos que buscan materializar las exigencias de cambio y transformación del país. Ante la situación actual de colapso, en la que las condiciones de vida están siendo deterioradas de manera brutal por el régimen de Nicolás Maduro para mantenerse en el poder, se producen respuestas desde la gente que cuestionan la narrativa oficial de violencia y fragmentación. Respuestas como las de Alimenta, que señalan otras vías de acción social, económica y política, de articulación inclusiva, de encuentro y organización, para producir un impacto positivo en nuestras vidas y las de quienes nos rodean.
La experiencia de Alimenta muestra con claridad el poder para convertirnos en agentes de cambio presente en todos nosotros. Al vincularnos ya sea como voluntarios en una organización, aportando materialmente, visibilizando una causa o solidarizándonos con un grupo, operamos un cambio inmediato en nuestra realidad. Generamos condiciones que incidirán tanto en el beneficio del otro como en el propio nuestro.
Asumir esto es de enorme importancia no sólo ante la crisis, sino también en la lucha por lograr condiciones de vida normales y democráticas en el contexto de caos y dictadura que estamos padeciendo. Podemos verlo en las protestas que actualmente se están realizando en todo el país, en el que gremios vitales para el bienestar de la sociedad como los de enfermeras, profesores universitarios y transportistas se mantienen manifestando a pesar de la represión y coacción autoritaria, buscando articularse entre sí para continuar, buscando el apoyo del resto de los sectores sociales en una lucha que nos concierne a todos.
Estos dos años de Alimenta nos muestran con sus resultados, las posibilidades de las herramientas de la articulación y la solidaridad. Del logro de transformaciones a partir de nuestra toma de conciencia como actores fundamentales y vinculados entre sí para que estas sean posibles. Esta es la condición necesaria para salir de la Venezuela colapsada y rota, condenada por un régimen autoritario y destructivo. Y la base primordial para construir una nueva Venezuela, de nuevas oportunidades, de verdadero desarrollo y de bienestar sostenible.